Los pequeños gestos pueden generar enormes e inesperados resultados. Esto deben estar pensando los Family Banker® de la oficina de Banco Mediolanum de Bilbao al ver el desenlace de una idea que se convirtió en un gran éxito y se sumó a la magia de la Nochebuena y la Noche de Reyes.
El resultado, en este caso, se midió en sonrisas. Decenas de niños de familias con graves problemas económicos vivieron unas Navidades llenas de magia: sonrieron felices al encontrarse regalos debajo del árbol. Por otra parte, muchos niños, acostumbrados a que Papá Noel y los Reyes Magos los visiten todos los años, han aprendido la valiosa lección que aporta ejercer la solidaridad sin esperar nada a cambio. Y todo gracias a la feliz idea de la que hablábamos con anterioridad y que partió de uno de los Family Bankers®. ¿Por qué no darle una segunda vida a los juguetes que ya no usamos? Y aquí entran en acción los otros protagonistas de la historia: los clientes de Banco Mediolanum y la Fundación Integrando.
¿Y cómo surgió esta acción? Pues poniéndose en el lugar de los padres que, por motivos económicos, no pueden permitirse llenar de regalos sus casas por Navidad. “Dicen que, cuando eres padre, empiezas a ver la vida a través de los ojos de tus hijos. Las fiestas navideñas vuelven a cobrar un sentido especial, la ilusión por los regalos y, sobre todo, la cara de felicidad al recibirlos. Luego te paras a reflexionar y eres consciente de que este privilegio no lo puede disfrutar todo el mundo. Hay niños a los que no se les ilumina la cara”, señalan Maite Chueca González de Langarica y Sergio González Otero, Family Bankers® de Bilbao. El siguiente paso que quedaba por dar era poner en práctica los principios de solidaridad activa de Mediolanum Aproxima y pasar a la acción.
¡La Noche de Reyes de Bilbao se llenó de magia para decenas de hogares!
La idea era sencilla: dar una nueva vida a los juguetes que reposan en las estanterías durante años, sin que nadie juegue con ellos. Este fue el inicio de la campaña “Dale una segunda vida a tus juguetes”.
La petición se trasladó a los clientes a través de los Family Bankers® y la respuesta fue muchísimo más positiva de lo esperado. Más de una treintena de pequeños buscaron en sus casas y encontraron multitud de juguetes en buen estado.
Y quizás eso sea lo más importante de esta iniciativa. Incidir en que los menores solidarios son conscientes de lo que implica su acción: hacer felices a otros niños y niñas sin pedir absolutamente nada a cambio. Fueron ellos y ellas los que buscaron los juguetes, los que los limpiaron y pusieron a punto y, finalmente, los que los trajeron. A cambio recibieron libretas, lápices de colores y la sensación de felicidad por haber hecho las cosas bien.
Este es un ejemplo magnífico de una acción solidaria que surge de una pequeña idea. Un ejemplo de compromiso activo por parte de los Family Bankers® de Bilbao y de respuesta de los clientes de Banco Mediolanum. Un modelo que puede repetirse, porque a través de pequeñas acciones, a veces, surge la magia.